HISTORIAS QUE QUIZÁ NO CONOCES: LA OBERTURA 1812 DE TCHAUKOSKI SEGUNDA PARTE, AHORA ES PERSONAL.


Guten morgen, Divina pareja. Hace ya un par de meses publiqué un artículo que trataba sobre la obertura de 1812 de Piotr Ilich Tchaukouski, que era un señor ruso que componía canciones muy famosas como "El lago de los cisnes, o El waltz de las flores"  o "La Danza de Los mirlitones" o "esta canción que no es de Tchaukoski pero me gusta igual así que la voy a poner
Y como cada oreja tiene su pareja hoy pretendo seguir con el análisis de la obertura, pero antes breves lecciones de música para principiantes como yo.
Empecemos por el comienzo, una nota musical, básicamente, un sonido ordenado que sirve para clasificarlo dependiendo de la altura o duración del mismo. Hay siete notas blancas básicas que suelen tenerse en cuenta como referencia para clasificar el resto de notas. A ver, me explico, en total hay doce notas, pero solo existen siete con nombre. Estas notas con nombre son los famosos: Do, re, mi, fa, sol, la, si. 
A partir de aquí se pueden hacer gran cantidad de escalas, en total son 24, mayores y menores y pasando desde el do al si. En este caso (la obertura de 1812 de Tchaukoski) utiliza como nota central, entiéndase nota central como la nota más grave de la escala y, por la cual, las demás notas gravitan a su alrededor (de manera metafórica), la obertura de Tchaukoski tiene como nota central un mi bemol mayor (creo, no estoy seguro la verdad).
Vale, imaginemos que nuestra casa se llama mi bemol mayor y que cada vez que salimos nos encontramos en diferentes lugares, cuanto más te alejes de tu casa más tensión te entra. Es decir, es como si la tónica (la nota central) fuese tu hogar y el re disminuido Mordor. El septo grado siempre es el que más tensión provoca ya que es un acorde disminuido, al menos en tonalidad mayor. 
Y con esto y un bizcocho vamos de nuevo con la obertura.


La última vez lo dejamos cuando la orquesta por completo lo daba todo in the party con los acordes inquietantes y morrocotudos de Re sostenido menor, el cual es la dominante y tu te esperas que de un mi bemol. Mas sin embargo, la orquesta da un Do sostenido menor con séptima menor y quinta disminuida que no solo es tenso e inquietante si no que al ser disminuido suena como si te estuviese gritando: "Mátame por favor, que es que me muero" lo cual es un claro vaticinio del reggeton y demás ritmos latinos. Por vez segunda Tchaukoski te rompe las expectativas pues, en vez de terminar con otro acorde de reposo, tranquilo, sereno, suave y "happi flawer" de la vida le sigue una melodía serena de cuerdas, la cual está octavada hacia arriba. Octavada significa que lo hacen dos octavas a la vez. 
Sin embargo, de nuevo, la melodía cae con más tensión. Es como muy retardada y hace un pequeño cromatismo antes de caer por completo. Es en este momento cuando se convierte en una verdadera melodía lenta y plácida, aunque más que plácida es calmada. Antes de terminar, hace un salto de quinta, es decir, entre nota y nota hay cinco notas en total. Aunque no lo parezca, de improvisto llega otro cromatismo que te corta el rollo sin que te lo esperes. A ver, un cromatismo es cuando en vez de ir nota por nota va por semitonos, una nota normalmente es un tono y entre nota y nota (a groso modo) suele haber un semitono de diferencia.

Esta es la visualización gráfica de un cromatismo.
De nuevo, comienza una parte nueva pero, esta vez, un timbal toca muy rápidamente un si bemol (un timbal es un tambor muy tocho que puede dar notas musicales y es bastante complicadillo de afinar bien) mientras, las cuerdas también, dan un si bemol pero una octava más agudo. De vez en cuando aparece un pequeño tambor para hacer un tresillo (un conjunto de tres figuras de igual duración). Es ahora cuando comienza la melodía más famosa (o si no la segunda) de toda esta obra, el titutiribiri bi biii biiiiiiiiii tiruri ru bi bu bi riruririiiiii etc... (Imaginaos que alguien está cantando bien, perfectamente de hecho, eso no soy yo, pero sirve para visualizarme). Básicamente es un conjunto de dos semicorcheas que tocan un si bemol y después suben dos tonos, bajan uno, y vuelven a subir para finalizar en un minimalista mi bemol con sol natural lo cual es una tercera mayor ¿Qué por qué? Bueno, porque entre una nota y otra hay tres de diferencia y porque tiene un semitono más que una tercera menor.
Y repite la figura de nuevo, la cual, está interpretada por vientos y vientos metales solo que un semitono más arriba (más o menos, ya que está en la misma escala) esto lo hace sonar más heroico y decidido. Se repite de nuevo el primer cacho de melodía (a partir de ahora llamada Melodiya porque es así como la llaman los rusos, digo, que así se dice melodía en ruso), sin embargo, esta vez las cuerdas la lian pardisima y comienzan a hacer un si bemol octavado en tres octavas diferentes mientras que los vientos metales se quedan impasibles a su rollo haciendo la Melodiya con asiduidad. Mientras los vientos metales hacen cosas raras de nuevo, las cuerdas siguen a su rollo haciendo algún que otro cromatismo hacia abajo. Pero llega un momento en el que se callan los violines las violas etc... y los vientos metales siguen tranquis haciendo sus cositas sin estorbar a nadie. Y nadie se enfadó.
De vez en cuando las cuerdas hacen una melodía descendente, cuando de repente los metales dejan de hacer la Melodiya cuando hacen un acorde Re sostenido disminuido que es el séptimo grado también llamado la sensible. Y así se queda un buen rato mientras otros instrumentos van y vienen dando por saco que es que na más están para dar por saco al acorde que ya es tenso de por sí y ellos van y lo tensan aun más. Ay que ver, ay que ver. 
Los metales son sustituidos por las cuerdas que hacen al acorde tal cual y le añaden tensión tocándolo con bastante énfasis, haciendo que suene más nervioso o quizás inquieto. En ese momento Tchaukoski no resolvió con la dominante, Nop, decidió mejor hacer que sonará un si natural. Resulta que ya le aburrió el si bemol mayor, y ahora decide cambiarlo por un si natural tal cual y se queda tan pancho el chiquillo.



Se queda un momento en silencio pero, de repente, entran las cuerdas haciendo un apoteósico e  inquieto movimiento con una melodía descendente seguida por unos ondulantes acordes cortos también descendientes. Ya cuando está muy grave, comienza otra melodía con acordes cortos que recurre a los cromatismos de vez en cuando y que modula (es decir, que cambia de tonalidad discretamente) de vez en cuando a Do sostenido menor. Se repite entonces y varias veces la melodía tensa descendente con acordes cortos que llamaré Napriyenie (es tensión en ruso, espero que la que creo difunta señora King no se enfade por utilizar su lenguaje materno).
Cuando termina de nuevo esta parte, los vientos hacen una subida con semitonos tensos a la par que las cuerdas hacen una subida con sus acordes cortos. Los vientos metales se suman y las cuerdas censan de hacer acordes cortos para comenzar con acordes de longitud normal. Es entonces cuando hacen todos subidas por semitonos que desemboca en una melodía rápida descendente mientras toda la orquesta toca unas cuantas veces el acorde de re sostenido menor, lo cual suena inquietante y extraño, ya que, lo más natural sería un re sostenido disminuido no menor. Pero finalmente termina con un acorde de re disminuido normal lo cual también suena extraño.
Las cuerdas hacen de nuevo una melodía ascendente y rápida pero, esta vez, no es la misma si no que mucho más alocada en el sentido más tenso e inquietante de la palabra. Pero, sin previo aviso, y sin que te des cuenta de ello, los vientos metales hacen de nuevo la Melodiya pero esta vez más lenta y sin tantos arreglos ni florituras por el estilo, claro que sin contar con la melodía ascendente y aveces cromática de las cuerdas. La Melodiya suena cada vez más tensa y las cuerdas cada vez se dispersan más, es decir, que se van más del esquema de melodía que asciende y desciende y hacen cosas diferentes y más variadas. La Melodiya modula a muchísimas tonalidades varias veces y un tambor hace un redoble de fondo. Al finalizar, los metales solo hacen un salto de tercera.
Es entonces cuando se introduce un timbal marcando con un re sostenido durante varios compases. Además, los vientos madera acompaña a las cuerdas a veces haciendo las mismas voces pero en octavas diferentes. Cuando se termina de relajar la raja entre el barullo de sonido, solo quedan los instrumentos de cuerda frota con un arco (lo expreso así debido a que hoy he dicho la palabra "cuerda" más veces que en el resto de mi vida), un timbal y los metales. La armonía de esta parte (la armonía son los acordes usados en una pieza musical) oscila entre re sostenido menor y si mayor, acordes ajenos a la tonalidad. El re# menor es la sensible (acorde de tensión) y si mayor es el reposo, o al menos en este caso. 


Viento metales, pa' quien no lo sepa.

Las cuerdas siguen con la 
Napriyenie subiendo y bajando en pura tensión mientras que los metales hacen un sol# menor y un re# menor, que tiene tanta tensión como suspender y que tu madre saque la chancla (lo cual es una metáfora muy acertada). Pero no solo eso, si no que no contentos, el saborío de Tchaukoski introduce los vientos madera (flautas, clarinete, oboes, saxofones, aunque no hay saxofones en esta obertura) haciendo una melodía ondulante rápida, pero sobre todo apoteósica a la par que las cuerdas. Sin embargo lo más importante es que la Melodiya suena triunfal y armonizada en acordes magnificentes, altaneros, pomposos y después simplemente relaja la raja y se queda en su sitio haciendo la Melodiya octavada, posteriormente por quintas y, por último, por terceras descendentes. Cuando finaliza su parte, los vientos maderas comienzan su versión de la Melodiya muy grave (creo que lo hace un fagot) y los huecos son rellenados por una contramelodía de los vientos metales.  Aunque solo pasa una vez porque luego se limitan a dar un fa sostenido con tercera menor, re con tercera mayor y fa sostenido con quinta aumentada que, curiosamente, también es un re. Después parece que los vientos metales se cansaron y dan un simple fa con quinta aumentada (como antes solo que más grave) y, finalmente, los vientos madera dan un fa con la quinta aumentada solo que aun más grave. Pero tranquilos, porque también cambia de vez en cuanto, mientras las cuerdas dan semicorcheas por grados conjuntos en segundillo (no creo que se diga así de verdad pero bueno, ahí esta xd). Los vientos madera dan en diferentes octavas un re con la tercera mayor que podría ser tanto un acorde de re mayor como uno de si menor. Quien sabe, sin la quinta uno está siempre inseguro.
Aun así, a Tchaukoski se le va la pinza de mala manera y hace algo complicado de explicar para mí. A ver, primero hace que unos contrabajos den un re en diferentes octavas, después los vientos metales dan un fa sostenido y un la, lo cual convierte eso en un acorde de re mayor. Solo que los vientos madera vienen a estropearlo todo pues dan un do y un la. Esto convierte al acorde en un re con séptima mayor algo inestable.
Pero es aquí donde comienza la mejor parte de la obertura según mi punto de vista subjetivo.

Bueno esto ha sido todo por hoy, ya luego otro día seguiré esta bonita saga y así me podré explayar más en la mejor parte de la obertura. Espero que os haya gustado y que hayáis aprendido cosas así bien musicales. Y sin ya nada más que añadir, recordad, os deseo que tengáis buena salud y os deseo buena suerte y fortuna a vosotros, Divina pareja, y salid de vuestra casa sí os da la gana, eso sí, con la mascarilla puesta que yo os vea. Y Gute Nacht.

Comentarios

Entradas Populares

BUENAS, ESTE SOY YO ;V

LOS 8 MITOS MÁS SANGRIENTOS, EXTRAÑOS Y REPULSIVOS DE LA MITOLOGÍA GRIEGA. PRIMERA PARTE.

50 COSAS SOBRE MI

LOS CLICHÉS

RESEÑA "GUARDIANES DE LA CIUDADELA: EL BESTIARIO DE AXLIN".