MI LIBRO "MIS VIAJES POR TERRANOSTRA". CAPÍTULO 5.


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Guten morgen, Divina pareja. Bueno, ya he dicho lo de siempre. No necesito más presentaciones. Así que espero que os guste el capitulo de hoy y que lo disfrutéis mucho en estas épocas navideñas. Divina pareja, mi avezado bajo que ya ha alcanzado el nivel 19 de la escala de poder de Dusendorf.


CAPITULO 5: EL REY OGANEÍS DE MÉGALON
Nos encontramos delante de grandiosas puertas doradas decoradas con adornos de caza. Se abrieron, y me dejaron ver la gran ciudad. Era bella y admirable. Las casas eran blancas como las perlas del mar. Había grandiosas fuentes plateadas donde caía el agua más fresca. Detrás se hallaba el majestuoso palacio, hecho de la mejor piedra pulida de todo el reino. La gente reía y jugaban encantados. No parecían tener preocupaciones. Todos se parecían en apariencia física a Sótiras. Eran altos y erguidos con caras ovaladas de tono púrpura. De sus cuerpos colgaban grandes brazos fuertes y holgados. No paraban de reír mostrando sus dientes a través de sus enormes bocas. A pesar de todo, en conjunto, eran seres hermosos.
Entramos. Recorrimos un largo camino hasta llegar al palacio. Cuando entramos en él,  hallamos doce personas alrededor de una mesa, iban vestidos con togas blancas, largas y anchas, parecían cómodas.
-Ya veo que me has traído al skavengött-dijo el del medio, que parecía el más alto. Era Oganeís, el rey de Mégalon.
-Sí, padre-le respondió Sótiras- Como me ordenasteis.
-¡Cómo osas traer a un ska…-gritó el más bajito. No le dio tiempo a terminar, ya que Oganeís le interrumpió:
-¡¡¡Cállate Ágapi!!! deja que él tome la palabra.
-¿Yo?-pregunté y Oganeís me asintió- Soy John, hijo de Heim. He venido para derrotar a los skavengött -dije con una oleada de valor-O eso creo… No sé muy bien que hago aquí todavía.
-¿¡Cómo osas…!?
-¡¡¡Cállate de una maldita vez, Ágapi!!!-dijo enfurecido el rey y prosiguió mirando a Sótiras-Hoy partiréis de Mégalon hacia el noroeste. Os acompañará vuestra prima Nova, ella conoce muy bien todos los entresijos de Terranostra. Sabe lo que tenéis qué hacer, le he dado instrucciones precisas sobre la misión.
-Pero señor…
-¡¡Por todos los dioses, guarda silencio, Ágapi!!!- dijo Oganeís, harto ya de tantas interrupciones.
La puerta principal se abrió con brusquedad y de ella apareció una figura esbelta, delicada y exótica. Su pelo se recogía en una grácil coleta.
-¿Me llamaban?-preguntó la mujer. Era Nova.
-Nova. Aquí tenéis al skavengött del que te hablé, ya sabes qué hacer- le habló el rey.
-SÍ, su majestad- contestó la muchacha con una reverencia.
Algo dentro de mí se estremeció al ver a Nova. Sentí como un calor ascendente llegaba a mi cabeza y casi me convierto en un Megalón de lo rojo que me puse. Era demasiado hermosa para mirarla, casi me derrito al verla. Pero mantuve la compostura.
Y sin más explicaciones partimos hasta nuestros aposentos a descansar pues pronto partiríamos hacia otro reino. 


En un lugar, más allá del tiempo. Dos figuras encapuchadas, una negra y la otra del blanco más puro, discutían.
-Vida, ese John me pertenece y lo sabes, me lo he ganado honradamente así que ¡devuélvemelo!- inquirió la Muerte.
-Muerte- prosiguió la Vida- Ya conoces el trato: el skavengött por Terranostra.

Bueno, Divina pareja esto ha sido todo. Por hoy espero que os halla gustado, que tengáis unas felices navidades y recordad, os deseo buena suerte y fortuna a vosotros Divina pareja y, Gute Nacht.



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